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Update date:March 8, 2022

Disciplina para los niños

Educación de los esfínteres

La mejor oportunidad es entre los 18 y los 24 meses.

Cómo comenzar y avanzar

Aprenda los hábitos de su hijo para ir al baño

  • ¿Cuánto tiempo transcurre entre cada vez que va al baño?
  • ¿Cuáles son las señales que le demuestran que su hijo necesita ir al baño?

Deje que use ropa interior en lugar de pañales

  • Se sentirá incómodo cuando se moje

Hágalo en un ambiente divertido y diviértanse mientras progresan

  • Lleve adelante la educación de esfínteres todos los días en el mismo lugar y con la misma gente.

Esperar más de tres minutos es una pérdida de tiempo. ¡La próxima será!

  • No lo obligue.

Si su hijo va al baño, haláguelo mucho

Ayúdelo para que no tarde demasiado tiempo


Deje que use ropa interior en lugar de pañales

Momentos en los que es más fácil ir al baño

  • A primera hora de la mañana.
  • Justo antes o después de una comida
  • Después de la siesta del mediodía
  • Antes de acostarse por la noche

Puntos a tener en cuenta

  • No lo apure ni lo regañe
  • Es más fácil en las estaciones cálidas (de primavera a otoño)
  • Lleva alrededor de medio año
  • Varía de una persona a otra

Si su hijo va al baño, haláguelo mucho

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Succión del pulgar

¿Cuándo se chupan los niños el pulgar?

  • Cuando necesitan mimos, pero no reciben atención (si no reciben suficiente contacto físico)
  • Cuando se les dice que no pueden hacer algo
  • Cuando hay un niño más pequeño en la familia que recibe más atención
  • Cuando no tienen con quién jugar y están sentados distraídamente
  • Cuando miran televisión
  • Cuando tienen sueño

¿Tiene su hijo un comportamiento distraído en esas ocasiones?
Si su hijo siempre se está chupando el pulgar, intente dirigir su atención hacia otra cosa.

Succión del pulgar

Algunas cosas que puede probar

  • Enséñele cosas que puedan parecerle divertidas o interesantes.
    Jueguen juntos como padre/madre e hijo. Utilicen los dedos para jugar. Canten juntos.
  • No deje el televisor encendido. Prográmelo durante una cantidad de tiempo determinada. Miren televisión juntos.
  • Exprésese verbalmente con su hijo.
  • Jueguen mucho al aire libre.
  • Déjelo que juegue con sus amigos.
  • Responda a las preguntas de su hijo de manera adecuada.
  • Quédese con él hasta que se duerma. Léale un libro. Háblele para tranquilizarlo.

※¡Hay muchos métodos diferentes!
Comience por lo que pueda hacer.

Lo que debe evitar

  • Regañarlo
  • Burlarse de él
  • Castigarlo
  • Obligarlo a que deje de hacerlo

Aunque lo obligue a dejar de chuparse el pulgar, no es una solución real.
Incluso puede tener el efecto opuesto y empeorar la situación. Puede provocar el cambio a otro hábito.
En su lugar, cree un amiente en el que su hijo pueda relajarse en su vida cotidiana.

Hábitos similares

  • Morderse las uñas
  • Chuparse o lamerse los labios
  • Chupar o aferrarse a una toalla, un pañuelo, una sábana o una manta

Intente romper estos hábitos mediante los mismos métodos utilizados para la succión del pulgar.

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Ayudar a desarrollar el lenguaje

Ayúdelo a recordar palabras

Utilice las palabras adecuadas para la ocasión adecuada

Cuando coma una comida que tenga un rico sabor, demuéstrelo con su cara, y diga: “¡Mmm!” con entusiasmo. Deje que su hijo escuche las mismas palabras una y otra vez; para ello, hable de lo que sucede a su alrededor.

No diga “esto” y “aquello”. Llame a las cosas por su nombre y úselos en oraciones.

En lugar de decir: “Esto aquí” o “No hagas eso”, forme oraciones adecuadas como: “Pon el libro de dibujos sobre la mesa”.

Háblele con una pronunciación correcta

Los niños pueden pronunciar palabras como “cugo” y “atobús”. El adulto debe repetir las palabras con la pronunciación correcta: “El jugo es bueno, ¿verdad?”. “Sí, puedes ver el autobús”. No haga que el niño repita la pronunciación correcta.

Déjelo ver y experimentar muchas cosas

Al hacer muchas cosas, su hijo tendrá más experiencias de las que extraer palabras y podrá imaginar diferentes situaciones.

Jugar ayuda a desarrollar el lenguaje

Los niños pasan la mayor parte del día jugando.
Disponga de lugares en la casa en los que su hijo pueda jugar libremente.

Háblele y miren juntos los libros de dibujos

Lea la historia en voz alta y miren juntos los dibujos al ritmo de su hijo.

Cántele canciones

Los niños recuerdan las palabras de las canciones que les cantan sus padres. También recuerdan cómo se forman las palabras.
Pronuncie con claridad.

Entienda lo que su hijo quiere decir y complete sus frases

Haga coincidir su forma de hablar con la de su hijo. A continuación, agregue algo a lo que él quiere decir. De esta manera, su hijo aprenderá nuevas palabras de forma natural y será capaz de utilizarlas por sí mismo.

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Cuidados que deben tener las madres

Todos los niños son diferentes

Así como los niños son todos diferentes en lo que respecta a su capacidad física, son diferentes en cuanto a la forma de aprender el lenguaje.
No obligue a su hijo. Cree un ambiente en el que le resulte fácil aprender.

No obligue a su hijo a llamar a las cosas por su nombre

No lo ponga a prueba ni lo obligue a responder al decir: “¿Cómo se llama esto? Es un gato. Tú sabes que es un gato. ¡Di gato!”. Esto no ayudará al desarrollo de su lenguaje.
En su lugar, a medida que transcurre su vida diaria, cuando su hijo muestre interés en, por ejemplo, un gato, dígale: “Oh, hay un gato ahí”.

No niegue las palabras de su hijo

Niño: ¡Un “paz”! (pez)
Padre/Madre: No es un “paz”, es un “pez”.
 …Esto no es justo para el niño.
  Se pondrá triste si la palabra que dijo es negada por un ser querido.
Padre/Madre: ¡Así es, es un pez!
 …Repita la palabra correctamente para que la aprenda.

Hable al mismo nivel que su hijo

Si el padre/madre habla para sí mismo e intenta que su hijo lo/a imite, hablar no será divertido para el niño, sino que será molesto.
Haga que su ritmo coincida con el de su hijo, y muéstrele lo divertido que es conversar.

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Ser comprensivo

Cuando los niños señalan

Cuando los niños utilizan el dedo para señalar, están hablando sin palabras.
Los niños señalan para mostrar su sorpresa y diversión, y le dicen: “Mira, mira, ¡hay algo aquí!”.
Este es otro ejemplo de la conexión entre padre/madre e hijo.
Aunque esté ocupado, trate de ponerse en el lugar del niño y respóndale.
Dígale, por ejemplo: “Sí, ¡hay un perrito ahí!” o cántale una canción que se adapte a la situación, y permita que se divierta. Se interesará en más cosas. Esto lo estimula para aprender palabras nuevas.

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